¿Qué es la depresión resistente al tratamiento?
El trastorno depresivo mayor es uno de los problemas psicológicos más comunes hoy en día. Se puede presentar prácticamente a cualquier edad, en cualquier cultura o contexto y, aunque existen factores que hacen a uno más vulnerable a ella, la depresión no es algo que se pueda reducir a una razón concreta. Es por lo tanto un trastorno que no conoce barreras, y puede llegar a ser muy debilitante, causando bajas laborales, hospitalizaciones y, a la larga, mucho sufrimiento para pacientes y sus familiares.
Aunque la salud mental cada vez recibe más atención, es todavía un área de la salud pública que demanda una mejora. Aquí en España se estima que hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes en el servicio de salud pública1, una cifra indicativa de la insuficiencia del cuidado en este ámbito. Los pacientes tienen que esperar meses para una cita, y frecuentemente se ven forzados a acudir a citas privadas, una imposibilidad económica para muchos.
Se estima que un 70% de pacientes con trastorno depresivo mayor no llegan a remisión (completa ausencia de síntomas). Entre estos, un 20% puede responder al tratamiento (reducción de síntomas) mientras que un 50% no responden para nada y tienen que probar otro tratamiento2. Aunque la reducción de síntomas es siempre buena señal, el objetivo del tratamiento es llegar a la remisión, ya que la sintomatología residual dificulta la vida diaria y puede convertirse en depresión crónica.
Cuando un paciente no responde a dos tratamientos distintos a lo largo de un año, se suele definir como depresión resistente al tratamiento (aunque el consenso en esta definición todavía no es global, y se pueden encontrar variaciones). Esto conlleva meses y meses probando distintas medicaciones. Suele ser muy costoso, puede llegar a tiempos de internación en hospital, y causa un gran sufrimiento para el paciente. Afortunadamente, la ketamina ha mostrado tener alta efectividad en esta población. Aquí evaluaremos algo de esta evidencia a su favor.
La evidencia
Un estudio publicado muy recientemente por Oliver y sus colaboradores3 (2022) realiza un seguimiento de 424 pacientes diagnosticados con depresión resistente al tratamiento a lo largo de varios años (entre noviembre 2017 y mayo 2021). Entre estos, muchos sufrían también de ideación suicida y trastorno de ansiedad generalizada. Estos pacientes realizaron 6 sesiones donde se administró ketamina intravenosa a lo largo de 21 días. Dependiendo de la respuesta clínica, también se realizaron dosis de mantenimiento a lo largo de los siguientes meses.
Para realizar el seguimiento se administraron dos cuestionarios: el cuestionario sobre la salud del paciente-9 (PHQ-9 por sus siglas en inglés)4 y la escala del trastorno de ansiedad generalizada (GAD-7, conocido así por sus siglas en inglés)5. Estos cuestionarios se administraron antes de comenzar el tratamiento, y de nuevo varias veces a lo largo de las sesiones y los siguientes años. Con el PHQ-9, se detectó remisión de síntomas depresivos después de 6 semanas para 20% de los pacientes, y un 50% adicional obtuvo una reducción de sintomatología importante. El número de pacientes con remisión aumentó con las dosis de mantenimiento. Adicionalmente, la mitad de los pacientes con ideación suicida experimentaron completa remisión después de las primeras 6 infusiones, y hubo un 30% de reducción de sintomatología de ansiedad (GAD-7).
Los autores apuntan que hay bastante variabilidad en el nivel de respuesta de los pacientes, pero que existe alto beneficio en continuar con las sesiones de ketamina después de las 6 tradicionalmente administradas. También señalan que, si los pacientes muestran un buen nivel de respuesta, pero aún no han llegado a remisión tras 10 sesiones, puede ser de utilidad continuar el tratamiento. Sin embargo, si el nivel de respuesta no ha sido bueno durante estas primeras diez sesiones, no es recomendable seguir con el tratamiento.
No encontraron ningún efecto de edad o sexo en la respuesta al tratamiento, es decir, no hubo mejor respuesta dependiendo de estas variables. Por otro lado, la investigación sí encontró mejor respuesta al tratamiento para aquellos con mayor severidad de sintomatología al comienzo del estudio. Futuros estudios podrían investigar posibles efectos de otras variables, como por ejemplo el nivel educativo o socioeconómico del paciente, para así poder determinar si estos resultados son generalizables a toda la población.
La gran respuesta obtenida a través de la ketamina para pacientes con depresión resistente al tratamiento es una noticia de gran peso. Miles de personas que han sufrido de este trastorno durante años podrían ahora tener acceso a un medicamento que, con su acompañamiento adecuado, puede llegar a otorgarles la paz por la que han estado luchando durante tanto tiempo. Es esperanzador ver que las puertas al uso de medicamentos alternativos, como la ketamina, poco a poco se abren para dar a paso a nuevos tratamientos y nuevas investigaciones. Continuaremos investigando el uso de estas sustancias en otros trastornos en futuros posts.
Referencias